NUEVA YORK.- La ciudad de Nueva York ha decidido reforzar su colaboración con el Servicio de Inmigración y Control de Adunas (ICE, en inglés).
Pese a tratarse de una ciudad santuario, es decir, que limita al máximo su cooperación con las autoridades migratorias, el alcalde Bill de Blasio, planea aumentar los casos en los que las personas arrestadas por la policía local terminen entregadas a ICE para su deportación.
En la actualidad, las leyes locales ya permiten hacerlo si las personas bajo custodia policial son condenadas por cualquier delito incluido en una lista de 170 ofensas criminales violentas.
De Blasio planea aumentar en siete esos tipos de delito que permiten la entrega a ICE, incluyendo el tráfico sexual de personas y la prostitución de menores de edad, puesto que son crímenes “serios”.
“No me preocupa para nada”, ha dicho el alcalde, “es absolutamente correcto”.
La comisionada de Inmigración, Bitta Mostofi, afirmó el lunes que se trata de un cambio “burocrático” que “equivale a un incremento cero o muy nominal en la cooperación” con ICE, para intentar disolver así las dudas de concejales.
El edil demócrata Carlos Menchaca sugirió sin embargo la semana pasada que esta medida estaba destinada a reforzar las aspiraciones presidenciales del alcalde, y señaló que “las ventajas proclamadas en materia de seguridad pública no superan sus daños, entre ellos la erosión en la confianza entre la comunidad inmigrantes y el gobierno”.
El cambio no requiere de la aprobación de los concejales puesto que ha sido tramitado como una actualización de la ley de 2014 que contiene el listado original de 170 delitos. Y no entrará en vigor hasta enero, una vez sea sometido a revisión pública.
Entre esos 170 delitos se cuentan herir a alguien en un accidente con un carro en el que la culpa es del conductor (por ejemplo, por no obedecer un semáforo), amenazar a alguien con un arma (como un cuchillo), acosar a alguien con llamadas telefónicas o correos electrónicos, o poseer marihuana para consumo propio.
Las ciudades más seguras
Pese a todo, vivir en una ciudad santuario reduce las posibilidades para que un inmigrante sea detenido por ICE, según el Centro de Información de Acceso a Registros Transaccionales (TRAC) de la Universidad de Syracuse.
La diferencia radica en las herramientas que las autoridades migratorias tienen para ubicar, arrestar, procesar y deportar a un indocumentado.
Estos factores van ligados con la colaboración y coordinación que ICE recibe de las autoridades locales, sea bajo el programa 287(g) o por la falta de colaboración vinculada a las ciudades santuario.
Los datos analizados prueban que vivir en Los Ángeles, Nueva York o Chicago “significa una posibilidad mucho menor de deportación en comparación con quienes viven en Dallas, Texas, el condado de Orange en California, o Phoenix. (Tomado de Telemundo).
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