Jacqueline Salazar de López, en la conferencia en New
Jersey, en octubre pasado. (Foto: Cortesía).
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La labor de enseñar de Jacqueline Salazar de López que empezó siendo madre voluntaria
hace 20 años
hasta publicar su primer libro en 2011
Por Guadalupe Ramos
STAMFORD.- Cuando era niña, Jacqueline Salazar de
López soñaba con ayudar a los niños y ancianos ¨porque no me gustan las
injusticias¨, y jugaba en la casa de su madre con la ahijada, el sobrino, dos
primas y tres tíos quienes tuvieron la oportunidad de estudiar gracias a que su
mamá los llevó a vivir con ellas.
Desde entonces comenzó su vocación por ayudar a los demás
y estudiar, pues su madre siempre le decía ¨cuando termines la universidad¨, y
así como le inculcaron a ella estudiar para ser alguien en la vida, ella
también lo aplicó a la vida de sus dos hijas y su hijo.
Siguiendo el ejemplo de su madre de cómo dio educación
a sus familiares en su natal Ecuador, Salazar de López, autora de los libros Little Hands, Busy Minds, edición otoño
e invierno, publicados en 2011 y 2012, dice que su vida ha sido en función de
sus hijos.
“Desde pequeños les proveíamos lo mejor para
estudiar¨, recuerda la profesora de Our
Lady of Grace Preschool and
Kindergarten, quien afirma que a los niños hay que enseñarles desde
pequeños ¨como mi mamá me enseñó a mí. Hay que estudiar para tener una vida
mejor. El futuro que he tenido gracias a mi madre ha sido bueno; mis hijos quiero
que sean cien veces mejores que yo, y sus hijos que sean cien veces mejores que
ellos”.
Considera que los latinos tienen que ser la minoría
mejor educada, que los papás tienen que involucrarse más y preguntar los
deberes que tienen que hacer. La autora destaca que cualquiera puede tener un
hijo, pero no ¨cualquiera puede tener un hijo educado, eso depende de los
padres. El futuro de los hijos depende de los padres, nosotros somos los primeros
maestros de los hijos¨.
Little Hands,
Busy Minds
En la segunda o tercera semana de noviembre Jacqueline
Salazar de López lanzará su tercer libro Little
Hands, Busy Minds, edición de primavera, mientras que en febrero de 2014
espera tener lista la primera edición en español de su edición de otoño que
publicó en 2011.
La autora ecuatoriana considera que sus alumnos son
los coautores de su último libro, pues todos los días que hacen alguna
actividad ellos la viven, la experimentan, la aprueban.
“Es lo más satisfactorio ver cómo ellos disfrutan de
las actividades. A veces planifico una actividad, se la explico a los chicos y
ellos me dan otra idea, otra visión y yo la adapto. Pongo consejos en el libro porque ellos mismos
lo dicen”.
Salazar de López agradece a Dios y a su familia que
son su soporte, y comenta que por el éxito y la petición de los maestros está
trabajando en una edición en español, la cual se piensa llevar a otros países.
A una conferencia que fue, una señora de Honduras le dijo que quiere
implementar el programa en su propia guardería que abrirá en su país.
Little Hands,
Busy Minds
es una serie de libros donde Salazar de López compiló sus años de experiencia,
que están alineados con los estándares de NAEYC, pautas de Connecticut para el
Desarrollo de la Educación Temprana para bebés y niños pequeños, y las normas de
funcionamiento del Estado.
En sus libros, la autora ayuda a los maestros a
involucrarse en prácticas apropiadas al desarrollo, la creación de rutinas
diarias y experiencias significativas que responden individualmente a las
fortalezas, intereses y necesidades de los niños.
Son cuatro libros, son por estaciones del año. Y el
próximo noviembre sacará la edición de verano. El trabajo que sigue es
promocionarlos, y sacar material para personas que quieran poner su propio family daycare, cómo ayudarlos, cómo
empezar, dar talleres.
Salazar de López ha participado en diferentes
conferencias en los estados de Rhode Island, New
Jersey y Connecticut. Su última conferencia será en Washington,
DC del 20 al 23 de noviembre, sobre el aprendizaje a través de juegos
infantiles.
De mamá
voluntaria a profesora
Con casi 20 años de ser profesora, Jacqueline Salazar
de López es química de profesión, y su carrera de maestra la comenzó cuando
dejó a un lado las pipetas y las fórmulas, cuando la maestra de kindergarten de
su hija Valeria le pidió que se hiciera cargo de la clase tras haberse caído un
día lluvioso. Recuerda que al director de la escuela le gustó cómo enseñó y le
pidió ser madre voluntaria, después se convirtió en asistente y luego en profesora.
La autora fue profesora universitaria de química en
Ecuador, y al llegar a Estados Unidos hace casi 20 años fue a dejar su resume
de maestra de niños y comenzó a estudiar la carrera de educación en Norwalk Community College; hoy en día
sigue estudiando en el Manhattanville
College y a punto de terminar su maestría. Su plan es estudiar un doctorado.
Dice que nunca imaginó hacer lo que está haciendo porque
tenía su vida resuelta en Ecuador, pero junto con su esposo tenían la meta de
la educación de sus hijos. Pensaron que Estados Unidos podía ofrecer más. Y
cuando a su esposo lo trasladaron a este país a trabajar, no lo pensó dos
veces. “Fue duro, pero no me equivoqué”.
¿A qué jugabas de niña?, Mi sueño desde pequeña fue
ayudar a niños y ancianos. Y si Dios me da vida y salud, y capacidad y
oportunidad, quiero trabajar en organizaciones en pro de los ancianos y niños,
sobre todo evitar el maltrato. Quisiera hacer lo posible porque se creen leyes
muy estrictas, que sancionen severamente a las personas que maltratan a los niños
y personas mayores. Quiero dedicarme tal vez en un momento de mi vida a la
educación, en un cargo político, porque para cambiar leyes hay que estar
metida. Me veo en diez años haciéndolo.
La profesora dice que su máxima satisfacción es que su
familia está con ella, en su proyecto, porque sola no lo hubiera hecho, es un
proyecto en conjunto.¨ Nos mantiene más juntos como familia. Mi satisfacción es
que voy a dejar un legado para otras generaciones, quedará un recuerdo".
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